sábado, 2 de julio de 2016

Noches...

La peor sensación del mundo es cuando empiezas a creer en todo eso que alguna vez diste por perdido, empiezas a sentirte de nuevo con esa felicidad que tanto ansiabas, esa que te hace sentir tan vivo y que te hace revolver el estómago con sólo sentirla... La peor sensación del mundo es cuando empiezas a ver que todos a tu alrededor te apoyan y te brindan su compañía cuando ya te habías resignado a que tu destino era estar siempre solo... La peor sensación del mundo es cuando ves que todo se reconstruye, que empiezas a ver que el camino se va aclarando y se va despejando de todas esas cosas que no te dejaban avanzar... La peor sensación del mundo es darse cuenta que de la noche a la mañana todas esas cosas tan maravillosas sólo fueron un puto chiste, una jodida ilusión.

No sé cual es la razón por la cual siempre pensamos que nuestra vida en algún punto podría ser mejor, sabiendo que siempre que le damos una oportunidad nos apuñala por la espalda... Y lo peor, es que cada decepción es muchísimo más dolorosa que la anterior. La confianza se pierde en su totalidad, lo único que se construye en nuestros corazones es odio, cada día son menos las palabras que salen de nuestra boca, hasta que sin darnos cuenta pasamos un día entero en silencio donde lo único que podemos escuchar son los pequeños sonidos de nuestra alma que con el pasar de los días se va quebrando cada día más y más.

Como si ya esto no fuera suficiente, las noches son un tormento... Son eternas, son frías, son negras, son noches en las que la muerte siempre está acechando la puerta de tu habitación. No se escucha nada, es un silencio total y aún así no eres capaz de dormir... Porque dentro de ti no hay nada más que caos, preocupación y tristeza.

Ya sabiendo esto puedo llegar a la conclusión de que la solución está en las manos de todos y cada uno de nosotros... Porque al parecer, el único remedio a todo este dolor, es la muerte...