martes, 15 de abril de 2014

¿Culpa nuestra o sólo el miserable destino?

Debo aprovechar el tiempo libre que me queda para poder dedicarlo a la música y obviamente a ésta página, que ni sé por qué la visitan tanto, pero aún así lo agradezco mucho.
Una vez más quiero compartir uno de mis tantos escritos, que por lo que veo no han sido un total fracaso.

¿Es cierto que las noches cada vez son más oscuras? ¿O sólo soy yo la única culpable de eso?
Extrañamente, todo lo malo que pasa siempre tiene que ser mi culpa… No lo sé.
No sé si es que no sé hacer nada bien, si no sirvo para nada, si simplemente no soy capaz de hacer nada; ni siquiera de luchar por mi bienestar.
Las razones para dibujar una sonrisa en éste rostro muerto, cada día son tan mínimas y tan insignificantes, que uno sólo sonríe hipócritamente para no tener que responder a un: “¿Qué pasa contigo, estás triste?” Porque hay que admitirlo, que cada vez que alguien nos pregunta eso, siempre sentimos ese nudo que nos atormenta tanto en nuestra garganta, y que nos aguantamos sólo para aparentar ser “fuertes”, cuando por dentro sólo estamos muriendo en silencio.
Uno llega a un punto en el que se guarda tantas cosas, que la más mínima cosa hace que explotes y que te pases de la raya con cualquier persona, porque sé que lo único que hacemos para tratar de sentirnos bien es odiar a los demás… Pero, muy adentro sabemos que no podemos odiar a nadie más que a nosotros mismos.
Será por esa misma razón que cosas como los cortes, la pereza en exceso, la falta de interés por las cosas y la despreocupación no son algo que nos duela; antes al contrario, es algo con lo que uno aprende a “vivir”. Y sí, lo pongo entre comillas, porque eso que estamos viviendo en realidad no es una vida, o al menos no una vida digna, sólo es un largo y duro tormento.


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