domingo, 28 de junio de 2020

Soledad.

Soledad, desolación, tristeza, vacío, dolor, odio, angustia, ansiedad, miedo, rabia, frío, preocupación, cansancio, insomnio...
Son sólo algunas de las cosas que se pueden sentir en un día, en una noche, en unas horas, en una hora, en unos minutos, en unos segundos...
Una ráfaga de emociones que viajan a más de 1.000 kilómetros por hora por tu cabeza, donde no hay medidores de velocidad, donde cada una pasa
las veces que quiera a la velocidad que se le antoje, causando mayor o menor daño con cada ocasión.

"Inútil, decepcionante, bueno para nada, desatento, perezoso, desgraciado, asocial, marchito, desalmado, poco interesante, depresivo..."
Son sólo algunas de las cosas que alguna vez has escuchado de otras personas, cuando se refieren a ti, son sólo algunas de las cosas que
alguna vez las personas que te conocen, piensan cuando escuchan tu nombre. Y aunque parezca que no debería ser así, son sólo algunas de las
cosas que alguna vez has escuchado de las personas que supuestamente, son las personas más importantes en tu vida, tu familia, tu pareja,
tus amigos...

Cada intento de socializar, cada intento de conocer nuevas personas sólo deja un sabor amargo que no quisieras experimentar nunca mas,
y es por esto que rara vez lo haces... "Asocial" dicen, "Antisocial" para los más ignorantes... Pero de lo que no se dan cuenta, es,
que la misma sociedad se ha encargado de construir personas como tu, como yo, como nosotros...
Este sentimiento de soledad se alimenta cada día más, y crece con más fuerza cuando intentas refugiarte en tus allegados y estos nunca
están allí para ayudarte, aunque en algún momento de nuestras vidas juraron siempre estar a tu lado. Promesas... Promesas efímeras, promesas
en el aire, promesas mentirosas, promesas que no son promesas.

No entiendes lo que pasa, por mucho que trates de hacerlo, sólo te lastimas más cuando tratas de pensar en dichas cosas, te ahogas en los
recuerdos que alguna vez te hicieron feliz, en fantasmas de personas que ya no están, en melodías de la música que te brinda esa calma
temporal, en paisajes que nunca volvieron a ser iguales y en escritos sin sentido.

Ay soledad, tu que cada día te haces más parte de mi, que cada día vives más en mi, dime ¿qué debo hacer?
Ya no quiero sentirme miserable...




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